Ni me preocupo ni me desespero por no tener trabajo, me siento cómodo dando vueltas por la ciudad aunque el mugroso viento me pateaba por todos lados. Hoy conocí a una señora, dueña o directora de una escuela. Acabamos hablando de cosas que nada tenían que ver con el motivo de mi visita.
También fui a una escuela en la que no me fue tan bien. Que bueno, porque obligan a los maestros a ponerse uniforme. ¿Alguien estuvo en la Lázaro? No hay nada más chistoso que un señor con bigote y suéter escolar. Me salvé.