Como siempre, te escribo para saber cómo estás, lo que en realidad es un pretexto para saber si estás, si permaneces. Te extraño, pienso en ti y quiero, como dicen las canciones cursis, tener tu cuerpecito a mi lado en la cama, dormir en tu cintura. Eso sería chido, lo mejor de todo, despertar despeinados.