"Tenemos que abandonar el parloteo virtual, dejar de vivir en el espectáculo, en las puras imágenes, regresar (aceptar) la ciudad verdadera. Si quiero aportar algo a la sociedad, combatir la corrupción, lo primero que puedo hacer es apagar la televisión y hablar con los que están alrededor, de los problemas y necesidades de nuestro propio entorno, y no pseudos-ocuparnos, pre-ocuparnos o post-ocuparnos, por así decirlo, de los problemas mediáticos. Volver, como han dicho Virilio y Krishnamurti, al prójimo en lugar de vivir pensando en los distantes, porque suena bien preocuparse por Chiapas o Oaxaca, el señor López o el biotipo Calderón —o sus actuales eufemismos “Líbano” e “Israel”— pero generalmente eso sólo sirve para desocuparnos de nuestra propia corrupción. ¿El verdadero fraude? El verdadero fraude es nuestra vida amorosa personal, nuestra familia, nuestro puesto laboral, nuestros estudios. El fraude soy yo. Ocuparse de otros fraudes es parte del fraude."
Heriberto Yépez