El cid campeador

Nunca tuve un buen concepto de Mouriño, representa muchas de las cosas malas que este país padece: corrupción, abuso de poder, cinismo y mil cosas más. La forma en que murió no cambia eso en absoluto. Pero ahora resulta que el "cid campeador", el mexicano ilustre es casí uno de los "padres fundadores" (hasta en eso tienen que imitar a los gringos) de la patria.

Así, la carencia de autocrítica y pudor de los que detentan el poder político en México no tiene límite. No son capaces ni de respetar a sus propios muertos, bastaba con cambiar de página y mirar discretamente a otro lado para echar tierrita encima de los actos y la conducta de Mouriño. Algo a los que hasta los más acérrimos rivales del precios estaban dispuestos a hacer. Pero ahora, han abierto la puerta para que sus actos sean escrutados en el futuro. Pues, ¿Cuál ha sido la aportación real de Mouriño a la (anti)democracia mexicana para que se le rinda un homenaje de tan grandes dimensiones, tributo que no se le ha rendido ni siquiera a personajes que han marcado la historia reciente de nuestro país?

Pero nadie da paso sin huarache, y este homenaje es también un ataque defensivo a toda la porquería que se le puede venir encima al ausente, y también a los vivos. Quién, carente de corazón y escrúpulos, se atreverá a manchar la memoria de tan ilustre personaje, defensor de la democracia y el Estado mexicano en el 2006. Arquitecto del fraude electoral, la reforma petrolera y otros acuerdos oscuros que algún día conoceremos. Sólo los malos mexicanos, aquellos que viven de la calumnia y el escándalo, que no entienden que la ropa sucia se lava en Los Pinos, el Senado y la Suprema Corte a espalda de la sociedad mexicana harán leña de árbol caído. Porque el mensaje de Calderón tenía un destinatario, López Obrador, pero es extensivo a otros: los periodístas críticos, los opositores al sistema y los ciudadanos informados. El mensaje entrelíneas del preciso es que en México no se cuestiona y el Estado somos nosotros. En ese nosotros se refiere a la cúpula gubernamental, los intereses extranjeros, televisa y tv azteca, el consejo coordinador empresarial, la iglesia, ¿el narco? pero... de ningún modo usted o yo, simples mortales.

Con el homenaje que la cúpula de nuestro país le rinde a Mouriño queda visto que en México hay dos países. Uno es el que viven los de arriba, con sus propios discursos y símbolos; otro es el que quieren vender, ese es en el que vivimos casi todos los demás.

Mouriño... valiente, fuerte, héroe... pamplinas.

Mouriño es el símbolo de la corrupción, el cinismo y la autocomplacencia de los políticos mexicanos.
Para alimentar el chisme, un relato del accidente