Estereotipos

"La arrogancia respecto a la pertinencia epistémica en torno a la cultura como categoría de análisis social, convoca a una galería de personajes que suelen acogerse bajo etiquetas que difícilmente pueden escapar al entrecomillado. "Promotores culturales", artistas "transdiciplinarios", propietarios de librerías, devotos de todo tipo de esoterismo "oriental", "periodistas culturales", y hasta autonombrados "críticos" o "teóricos" del arte; todos presumen su membresía. Habría que sumar también las hordas de estudiantes o egresados de comunicación que a la voz del "güey, o sea, no mames", reclaman su inclusión. En tanto comunidad cultural configuran una institución. Y como tal, apelan a un conjunto de prácticas y saberes legitimadores de su función y condición social. Disputan espacios. El entramado de poderes fácticos y legales no les es indiferente."

La imagen del estudiante de Humanidades como inútil e improductivo, y específicamente la del comunicólogo como una persona estúpida han sido estereotipos dificiles de combatir. Lamentablemente, una imagen que a veces se explota a la primera oportunidad por los mismos egresados de Humanidades.

Christian Zúñiga, egresado de Comunicación, de Humanidades