El ensayo bibliográfico que Rogelio Villarreal publicó en Milenio me llevó a leer otra vez El Laberinto de la Soledad, de Paz. Hay libros famosos que muchos citan sin haber leído. Este es uno de ellos, y se ha vuelto un cliché... El pachuco y la chingada, sobre todo. Pero encuentro tan proféticos los capítulos que analizan la historia de nuestro país que asusta. Por citar un ejemplo:
"Durante más de cien años hemos sufrido regímenes de fuerza, al servicio de las oligarquías feudales, pero que utilizan el lenguaje de la libertad. Esta situación se ha prolongado hasta nuestros días. De ahí que la lucha contra la mentira oficial y constitucional sea el primer paso de toda tentativa seria de reforma".
O esta otra: "El imperialismo no nos dejó acceder a la "normalidad histórica" y las clases dirigentes de México no tienen más misión que colaborar, como administradoras o asociadas, con un poder extraño. Y en esta situación de ambigüedad histórica reside el peligro de un neoporfirismo. Banqueros e intermediarios que pueden apoderarse del Estado. Su función no sería más diversa a la de los latifundistas porfirianos; como ellos serían herederos de un movimiento revolucionario; gobernarían el país con la máscara de la Revolución; como Díaz lo hizo con el liberalismo".
El texto de Paz, pese a las críticas y refutaciones que se le puedan hacer, sigue vigente, demasiado. Las cosas no han cambiado mucho desde entonces.
Este texto, y otros que menciona Villarreal en su ensayo, deberían ser básicos de la educación media en vez de los métodos light y condescendientes que hace que los estudiantes no sean capaces de enfrentarse a textos relativamente complejos, de construir ideas o de tener una opinión de las cosas que pasan. Esto es grave, sobre todo porque entonces no podemos situarnos en tiempo o espacio. No sabemos quienes somos y, con reflexiones de ocasión, sólo agitamos clichés o estereotipos como banderitas, pero no entendemos el fondo de las preocupaciones que los autores plantean ni lo trascendente del tiempo que nos toca vivir.