Haber llegado hasta aquí sin
saber qué se es, ni qué se quiere hacer. Haber probado en ésto y en aquello y
carecer de una identidad disciplinaria. La especialización es un mito en tanto
es algo que, en buena medida, depende de factores externos. Es decir, del campo
de aplicación. Soy comunicólogo, soy geógrafo, soy periodista y a veces también soy promotor cultural.
Otros nos observan con relativa
comodidad desde los límites de su disciplina. Navegan tranquilamente en los
ámbitos donde las fronteras no diluyen la identidad. Otros se paran sobre la
cerca para gritar como sirenas a los que están del otro lado. Otros más estiran los brazos y agarran lo que esté cerca del alambre. Otros vienen y van.
Pero muchos, quizá la mayoría, vagamos fuera de esos límites, buscando dar
forma a una intuición, a una idea que tiene mucho de todo y poco de concreto.
No es arte ni ciencia ni oficio. En el mejor de los casos es contenido sin forma, arcilla todavía húmeda.