Hace meses fui invitado a formar parte del Consejo Literario de la Feria del Libro. Claro que acepté. Sin embargo, no tuve participación alguna en las actividades previas, en la programación o en la toma de decisiones. Por lo mismo, considero un honor inmerecido que mi nombre aparezca en la lista del Comité. Más allá de las polémicas que hay alrededor del evento, considero que la feria es un patrimonio de la ciudad que debe de cuidarse y que a todos nos conviene que tenga un buen desarrollo y resultado. Por lo mismo, hago votos para que la Feria se desarrolle del mejor modo y que tenga un buen resultado.