El reportaje publicado en Día Siete hace ver la necesidad de que surga el manual de textos automáticos sobre esta ciudad. En esta receta se pueden poner los siguientes pasos.
1. Imite el estilo de tres escritores reconocidos en la ciudad. (Ya sea Rafadro, Yépez o Crosthwaite) Total, si ellos se llevaron la joda de crear su propio estilo, que más queda que copiarlo.
2. Por fuerza, aderece con spanglish para crear neologismos que den fuerza a las afirmaciones que, de otra forma, sonarían a cliché.
3. Escoga un tono apocalíptico que esconda una visión moralista de las cosas.
4. Disimule sus observaciones machistas con algo de estilo, es decir, que suene crudo, no sexista.
5. Tiene que hablar de la Revolución, de la Coahuila, las prostitutas, las drogas. Diga que bebió y se drogó a más no poder. La vida en el abismo.
6. Hable de sicarios, levantones, secuestros, encobijados, balazos... Puede que Denise Maerker le invite a su enésimo reportaje sobre la violencia que tiene asolada a esta ciudad y tiene a LA SOCIEDAD secuestrada.
7. No deje, por ningún motivo, de poner la palabra Tijuana en el título.
8. Fundamental la leyenda negra. Escriba: Todo empezó con un prostíbulo... y por ahí acomode a la Tía Juana.
Total, Tijuana vende. Y si le falta creatividad ahí está el tema de siempre. Solo, por favor, escriba bien, no porquerías.