Edward Coward, director de una de las mejores obras de teatro que conozco, (Guía Nocturna) y sus alumnas Alejandra y Mariana son toda una leyenda urbana en Tijuana. A ellas es común verlas vendiendo boletos de rifas y chocolates para vivir y sostener un albergue de perros en algún lugar de la ciudad. Los que les conocen bien han de saber qué hacen y porqué.
Ayer, la leyenda dejó de ser tal cuando en medios informativos daban cuenta del "rescate" de entre 150 ó 300 perros, dependiendo el medio y su grado de sensacionalismo. El tratamiento informativo que han hecho del albergue que Edward Coward y sus actrices mantienen habla mucho de la escasa inteligencia de algunos reporteros y de las autoridades (ya sin el "algunos").
Sale en El Mexicano la ridícula versión que los perros estaban muertos y que había evidencia que estos animales eran sacrificados para vender su carne a taqueros. Luego salen las declaraciones de Julián Leyzaola Pérez, quien fue denunciado ante la Comisión de Derechos Humanos del Senado de la República por torturar detenidos para que se declaren culpables, que esa era una "línea de investigación".
Me preocupa la integridad y seguridad de Coward y sus actrices. Seguro a Leyzaola se le cuecen las habas para hacer de esta situación un caso de "éxito" vs el crimen organizado: Pozoleros, región 4. Políticos como González Reyes no se distinguen por ser muy civilizados. Este señor encabezó el operativo, seguramente muy preocupado por salir en la foto. También me preocupa el destino de los animales, que seguramente serán sacrificados.
Hace unos días un maestro de la escuela de Humanidades de la UABC me contaba cómo Jorge Ramos mandó remover las cruces que la gente pone en memoria de sus deudos en diferentes vialidades porque "afeaban" la ciudad. Es decir, no tienen escrúpulos para quitar aquello que les estorba.
Más allá de lo controvertido que resulta para muchos lo que hacen Coward y sus actrices, me resulta un esfuerzo admirable y generoso. Coward bien podría vivir de sus becas sin problema alguno; tomándose cafecitos con la socialité cultural de la ciudad, sin necesidad de andar barriendo cacas de perro, alimentándolos y curándolos. A excepción de la Asociación Pro Derechos de Los Animales no conozco otros esfuerzos por rescatar y proteger perros callejeros.
Sí, hay que castigar a alguien: a los dueños que permiten que sus mascotas se reproduzcan sin cuidar el destino de los cachorros y aquellos que dejan "perder" a sus mascotas cuando se les va la gracia. También, a las autoridades que hacen muy poco por atender el problema en sus distintos niveles: prevención, concientización y protección. Para atacar el problema, lo más inteligente que se les ha ocurrido es cambiar mascotas por mochilas y luego sacrificar a los animales.