A menos de un año de su regreso, el régimen priista ha quedado desenmascarado. Solo bastaron dos actos: su toma de protesta y las manifestaciones de los maestros. Tuvieron que usar la fuerza porque carecen de otros mecanismos. No quieren, no pueden y no van a dialogar. Pero no puedes conducir un gobierno de esa manera. A la distancia, hasta Calderón parece más sensato por haber renunciado a la calle y las plazas públicas.