… la ciudad la abrazó, la abrazó su gente, que tal vez sea hosca y desconfiada, pero que, como la sangre, acude a la herida sin ser llamada.
En texto del miembro de Botellita de Jerez, contiene textos que combinan estilos como el periodismo, la crónica, la ficción y la minificción. Es resultado, al menos en parte, de formas contemporáneas con los 140 caracteres.
El estilo del autor, hace que parezca sencillo retratar lo cotidiano e invita, por ello, a compartir lo propio. De su contenido, podemos comentar que se trata de textos de estructura ligera, liviana, pero que nos invitan, casi todas, a adentrarnos a los miedos, los soliloquios y las fantasías de cualquier habitante de la ciudad, sea el DF o cualquier otra.
Un tema implícito, así me parece, también, es la soledad y los intentos que hacemos para salir de ella tratando de llegar al otro, o a la otra. Ya sean los amigos, los esposos, los novios, los amores perdidos en el tiempo, o uno mismo, la maternidad (o la paternidad), un naufragio en el concreto, o un par de ojos perdidos en una ventana que da al segundo piso.
Así también, probables (im)posibilidades como los diálogos con gatos, agujeros negros en el tráfico de División del Norte, el vómito o la indagación en la basura para librarse de una multa, una novelista (que me parece conocer) sensible a la crítica, el desencuentro entre la realidad y una foto de facebook,
Usted puede pensar que este es un libro muy chilango, en tanto que los relatos nos ofrecen pequeños recorridos por distintos puntos del Distrito Federal: CU, la Balbuena, la Condesa, la Roma, Reforma, Viaducto, Churubusco, la Zona Rosa, entre otros. Guiños del terruño para algunos de nosotros. Pero en realidad, son textos para cualquier ciudad. Claro, cada una tiene sus geografías particulares, pero nuestros fantasmas e historias, nuestros dolores, son muy similares.
Hay textos que nos avisan del tono autobiográfico, como el del recorrido del autor por un concierto de Café Tacuba para escuchar la canción de Botellita de Jerez que los tacubos hicieron suya. Hay textos solidarios, que nos muestran el rostro de la ciudad, pero que dejan constancia de eventos como el incendio de la guardería ABC.
En suma, la ciudad de los ojos invisibles, es un recorrido íntimo por el paisaje urbano. No es un libro para leer de un jalón sino en pausas, salteado. Es un libro que deposita la esencia de lo humano en los actos sencillos, y por ende, existe la alta probabilidad de que nos encontremos en alguno de los relatos..